Seleccionar página

Tú, que estás ahí fuera con miedo, con la distancia a tus espaldas y sin saber por dónde te va a salir. Tú, que has oído no sé cuántos “la distancia es imposible”, “la distancia hace el olvido”, “no lo intentes, no merece la pena”. Tú, que no sabes qué pensar y que estás con un nudo en el estómago.

Por favor, arriésgate, lánzate, ve a por ello. Sigue siendo tú mismo, sigue poniendo pasión y ganas, sigue queriendo como hasta ahora, teniendo detalles y creyendo en el amor.

La distancia es difícil, es complicada, es el quiero y no puedo, es tan cera y a la vez tan lejos, es el plantearte mil veces si merece o no la pena. Pero sí, merece la pena, porque cuando hay amor, pero amor de verdad, todo lo demás da igual.

Porque yo hoy, después de tantos kilómetros, quiero coger una copa y brindar. Brindar por todos los que dijeron que no, brindar por los reencuentros, por los abrazos en el aeropuerto, por los besos en el aire, por los te echo de menos, por los que no tienen ni idea de todo esto porque no lo han vivido. Brindo por el amor de verdad, por querer por encima de todo, por saber afrontar los miedos y todas las adversidades, por saber ponerle ganas. Brindo por ti y por mí, por todos los que no se rinden y luchan hasta que ganan. Porque sí, el amor siempre gana.

Brindo por la distancia, porque nos hizo más fuertes. Y porque, al final de todo, fue ella la que murió de celos al vernos juntos de nuevo. Y con una sonrisa.